Desde hace algunos años, la Fundación ADDECO de España (líder
en el campo de la gestión de RRHH) lleva a cabo una encuesta anual muy interesante con estudiantes entre los 4 y 16 años para sondear en esta población diferentes aspectos que
tienen que ver con las ideas que tienen acerca del mundo del trabajo y de sus
intereses específicos en cuanto a cuáles ocupaciones les gustaría ejercer “cuando
sean grandes”.
Algunos de estos estudios, desarrollados entre 2016 y 2018, involucraron en cada año a 1.200 chicos y chicas en edad escolar y nos muestran no únicamente los intereses
ocupacionales de las niñas y los niños españoles, sino que también su percepción sobre
el manejo del dinero, los jefes que les gustaría tener en el trabajo (o si
quieren ser ellos sus propios jefes) y cómo se visualizan en su hipotética vida
de jubilados.
Pues bien, se han derivado conclusiones muy interesantes en
cuanto a las preferencias vocacionales de esa población que presentan, entre otras cosas, algunas interesantes diferencias de género.
Entre los hallazgos más importantes está que el 29,2% de las
niñas quiere vincular su futuro al mundo de la enseñanza y la formación,
mientras que el 22,7% de los niños desea hacerlo en el mundo del deporte. En
segundo lugar, el 15,6% de ellas escoge una profesión que esté relacionada con
la salud, lo que se contrapone a la segunda opción de los chicos en la que
muestran un interés particular en ocupaciones de seguridad y policía (22,4%).
Este es un patrón que ha sido constante desde los inicios de las encuestas
llevadas a cabo por esta firma, en cuanto a que las niñas prefieren oficios
vinculados al altruismo y la vocación de servicio mientras que los chicos
apuestan por el reconocimiento personal y profesional. Además, en el caso de los chicos, se marca una nueva tendencia al señalar querer
dedicarse a nuevas profesiones (9%) que en estudios anteriores no se señalaron,
tal es el caso de “youtubers”, “probadores de videojuegos”, “community
managers”, “gamers” o “blogueros”, lo cual refleja la influencia que estarían
teniendo las tecnologías de información o TICs, las redes sociales y tecnologías
de entretenimiento. Las chicas querrían desempeñar profesiones vinculadas al
mundo animal (10,3%) en el tercer lugar.
Otros datos arrojados indican que, a la
pregunta ¿Quién te gustaría que fuera tu jefe?, tanto la mayoría de niños como
las niñas señalaron que les gustaría ser su propio jefe, lo cual muestra una
interesante tendencia que podría relacionarse con la idea de desarrollar emprendimientos propios.
Otros “jefes preferidos” fueron sus propios padres, su “profe” y hasta “el jefe
de mi papá”.
Acerca de la jornada laboral y el salario, más del 50% de
los encuestados señalan preferir una jornada que les permita “pasar la tarde
con su familia”, mientras que un 47% preferirían una jornada que les permita el
descanso para almorzar y luego continuar sus labores. Acá es interesante el
peso que la mayoría le brinda al tiempo familiar, lo que podría denotar la
visión de un trabajo en función de fortalecer sus interrelaciones más
importantes y significativas y no sucumbir a condiciones de tiempo que de una u otra forma los prive de ello.
En cuanto al salario y en qué lo gastarían, ellas, con el
23,5% de los votos, lo invertirían en necesidades básicas como comer, vestirse,
calzarse; seguido de la opción de ahorrarlo o comprar una vivienda (15,2% en
ambos casos). También piensan en mantener a la familia (8,6%), pagar las
cuentas (4,9%) y dedicar una parte a obras sociales o de caridad (4,5%). Por su
parte, ellos lo ahorrarían primeramente (18,8%), después cubrirían sus
necesidades (17,3%) y comprarían una casa (13,3%). Pero también piensan en
comprarse un vehículo (7,8%), mantener a la familia (7,5%) o simplemente
gastarlo (5,5%). Acá es interesante observar como un porcentaje significativo
en ambas poblaciones piensa claramente en el ahorro.
Deseo destacar del estudio en mención lo que consideran
niños y niñas en cuanto a su vida como pensionados.
Los datos señalan que viajar es el plan ideal para ellas y
ellos cuando lleguen a la tercera edad (18,1% frente a 12,5%), pasar tiempo con
la familia es la segunda mejor opción para ambos (12,8% para las niñas y 11,4%
para los niños) y en tercer lugar algunos señalan que se dedicarían a
desempeñar otra profesión una vez se jubilen (8,6%).
Este estudio nos demuestra que los chicos y las chicas que cursan la educación primaria manejan ideas muy
concretas en cuanto a cómo perciben el mundo del trabajo y cómo se
imaginan a sí mismos y a sí mismas desempeñándose dentro del mismo. Esta capacidad de visualizarse
es parte de las tareas que familia y escuela deben tratar de promover para
concretizar mejor el conocimiento derivado de lo que han observado de los
adultos más significativos de su vida y de las experiencias que les hayan puesto
en contacto con ese mundo ocupacional.
Un aspecto que hubiese sido bastante interesante, y que desgraciadamente no se incluye en las encuestas, sería tener los resultados segmentados por grupos de edades para establecer las diferencias en cada una de las 3 subetapas de desarrollo vocacional del período llamado de "Crecimiento"(que coinciden con los años escolares de primaria) ya que no es lo mismo lo que pueda pensar acerca de sus intereses vocacionales o las preguntas que denotan valores del trabajo en un niño o niña en edad preescolar que en un chico que está en los últimos años de escuela y se encuentra casi terminando las tareas de desarrollo de ese período y, por ende, ha adquirido una mayor madurez vocacional.
Sin embargo, este estudio nos permite agregar que si un niño o niña es expuesto por sus referentes más
cercanos(progenitores, profesores, familiares, etc) a ideas positivas acerca del trabajo necesariamente crecerá con la
idea de que trabajar es algo bueno, positivo y necesario. Por el contrario, si son expuestos a mensajes negativos en donde esos adultos
desvalorizan sus actividades laborales o expresan hastío a todo lo que
desarrollan es probable que perciban el trabajo como una carga negativa,
como “un mal necesario” y no como aquella actividad en la que tanto mis
intereses como mis habilidades se confabulan e interrelacionan para hacerme una
persona más íntegra y feliz.
Este trabajo de ADDECO, desde mi punto de vista, es un interesante acercamiento a algunos de los indicadores en el desarrollo de la vocación en la infancia y que se traducen en las ideas concretas acerca de los intereses y de cuánto conocimiento se ha ido construyendo acerca de un mundo del trabajo que puede resultar un tanto abstracto para chicos y chicas, razón por la cual debemos de ayudarlos desarrollando procesos de orientación que pueden estar integrados al currículum escolar y en donde se pueda involucrar efectivamente a las familias haciéndoles comprender que esto es tan importante como el éxito escolar a nivel académico y que pueden a aportarles conocimientos, experiencias y posibilidades para que descubran tanto sus características vocacionales como las del mundo del trabajo que conocemos y vivimos diariamente las personas adultas.
Coincido totalmente con su observación acerca de la influencia que tienen los mensajes que le transmitimos a nuestros hijos para bien o para mal. Vengo de una familia donde mi padre nunca se quejó de su trabajo y por lo tanto yo nunca he visto a pesar de las situaciones que he vivido, el trabajo como una carga sino como una bendición y así trato de transmitírselo a mis hijos.
ResponderEliminarTambién he visto el crecimiento en sus pensamientos, ya que más pequeños sus intereses estaban dirigidos hacia lo que veían y ahora se enfocan más en lo que les gusta.
Gracias por el aporte profesor.
Con mucho gusto! Y si, en efecto, las ideas que se hagan nuestros hijos o hijas en cuanto al trabajo y la vocación que cada persona tiene viene muy influenciada por las cosas que, sobre estos temas, les transmitimos consciente o inconscientemente. De ahí la importancia de tomar muy en serio el desarrollo vocacional desde la infancia. Saludos cordiales!
EliminarQuerido Manuel, muy interesantes los aportes y las percepciones de las niñas y los niños. También se evidencia la importancia del modelaje y la labor tan importante que tenemos las personas adultas (padres, educadores, orientadores...) en la mentoría, acompañamiento, seguimiento de las personas menores de edad en etapa de la niñez y adolescencia.
ResponderEliminarSaludos
Alejandra Bonilla
Hola Alejandra! Qué gusto encontrarte por acá...Y gracias por tus comentarios que siempre son importantes para mí! Fuerte abrazo!
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