lunes, 5 de octubre de 2020

Vocación, mentalidad de crecimiento y locus de control

 


Por Manuel Chaves Quirós     
Master en desarrollo personal y profesional-Orientador vocacional

En el último de mis artículos publicados (La mentalidad de crecimiento: enseñanza vital en la infancia. Parte 1) comentaba acerca de la importancia que tiene el concepto de mentalidad de crecimiento para las personas desde que estamos en nuestra infancia y cómo desarrollarla en nuestra personalidad nos puede ayudar a alcanzar nuestro potencial y, con ello, las metas que nos planteemos en la vida. Acá un esquema-resumen de la diferencia entre mentalidad fija y mentalidad de crecimiento:


Hoy voy a desarrollar la segunda parte de este interesante tema planteando una serie de estrategias que nos pueden ayudar para implementarlas con niños y niñas, hijos e hijas, nietos y nietas, estudiantes y demás.

Pensando un poco en cómo iba a desarrollar el artículo vino a mi mente otro concepto que se relaciona bastante con el de la mentalidad de crecimiento que ya había estudiado en mis primeros años en la Universidad de Costa Rica y que durante el año pasado volví a revisar gracias a uno de los extraordinarios cursos que formaron parte de mi especialización con la Universidad de Salamanca (España). En el primero de los momentos en que lo conocí se relacionaba el concepto con lo referente a la elección de carrera y, en el segundo, se le planteaba más relacionado a las características propias de las personas que ejecutan emprendimientos. Me refiero al concepto de "locus de control". 

Locus de control es un concepto desarrollado por Julian B. Rotter, psicólogo estadounidense, que hace referencia a las creencias que tenemos sobre nuestras propias habilidades para controlar, dirigir o transformar lo que nos pase en la vida. Esas creencias se vuelven parte integrante de nuestro comportamiento ya que llegan a afectar nuestra capacidad para planificar y, muy especialmente, la acción, la conducta para transformar y nuestra capacidad de "hacer". Representa la suposición que posee una persona en cuanto a creer si su voluntad para cambiar algo depende de su conducta, si hay correlación entre ésta y los acontecimientos que le suceden en la vida. Es la percepción de control o no control que una persona tiene sobre los eventos que le ocurren. Si una persona piensa que lo que le ocurre a su alrededor no depende de ella es posible que no actúe para cambiarlo y mejorarlo. 

Dentro de este concepto se encuentran dos tipos diferentes: el locus de control "interno" y el locus de control "externo". El locus de control externo se refiere a aquellas personas que perciben que los resultados de sus acciones y conductas dependen de causas o factores externos a ellas, es decir, a aspectos como la casualidad, el azar, la suerte, el karma o lo que han hecho otras personas. En cambio, el locus de control interno hace referencia a aquellas personas que perciben la causa del resultado a aquello que hicieron, a sus habilidades, esfuerzo, dedicación y a la persistencia en alcanzar sus objetivos.

Las personas con una predominancia de locus de control interno tienen estas características:

* Son propensas a tomar la responsabilidad por sus acciones
* Son menos influenciables por las opiniones de los demás
* Suelen tener mejor rendimiento cuando trabajan a su propio ritmo
* Tienen un sentimiento alto de autoeficacia (concepto desarrollado por Albert Bandura en 1977 y que     se basa en la creencia en nuestras propias habilidades)
* Se sienten seguros ante los retos que se les presentan
* Suelen ser personas más sanas
* Suelen ser más felices e independientes
* Suelen tener más éxito en su vida laboral

Mientras tanto, las personas con un mayor locus de control externo:

* Atribuyen a la suerte, al destino, a las circunstancias o a otros su propio éxito (no creen que haya sido     por lo que hicieron)
* No creen que puedan cambiar las cosas
* Son personas más propensas a sufrir lo que se conoce como "indefensión aprendida" (concepto   
   desarrollado por Martin Seligman que trata sobre el no actuar ante situaciones dolorosas por creer 
   que   no se puede hacer nada para cambiar la situación)
* Son personas más infelices
* Suelen tener menos éxito en su vida laboral

Así, desde esta explicación bastante general, se puede observar como este concepto posee una relación y un parentesco muy interesante con la mentalidad de crecimiento planteada por Carol Dweck, ya que ambos apelan al desarrollo de una personalidad que le permita a las personas darse cuenta de su potencial, lo cual implica conocerse a sí mismas y, a la vez, tener conciencia plena de sus capacidades tanto para establecerse metas como para lograr alcanzarlas imprimiendo tenacidad, voluntad, autocontrol y esfuerzo personal. 

Una persona con una predominancia de ambos tiene la posibilidad de alcanzar un óptimo desarrollo personal ya que cree firmemente en sus posibilidades frente a lo que ocurre externamente y reconoce también que es necesario esforzarse para ello.

Por ejemplo, en el caso de estudiantes caracterizados por una predominancia de LC Interno, tendremos a chicos y chicas que se esforzarán por estudiar, por ser muy responsables con sus obligaciones, por ser muy organizados, entre otras cosas, ya que tienen conciencia que con esto lograrán alcanzar un mejor rendimiento escolar, desarrollarán con ello además una alta autoestima y tendrán expectativas optimistas en cuánto a su futuro. En cambio aquellos en donde predomine el LC Externo, si llegan a tener cierto éxito escolar lo atribuirán  al destino o la suerte o bien encontraremos aquí a chicos y chicas con un gran potencial pero muy desorganizados, irresponsables o poco trabajadores, lo que provocará, entre otras cosas, tener muy bajas expectativas para su futuro. Esto sin duda tendrá un efecto directo en su desarrollo de carrera y en el poco cumplimiento de las tareas de desarrollo que determinarán su madurez vocacional.

Si desde los primeros años escolares ayudamos a los niños y las niñas a desarrollar habilidades, a conocerse mejor a sí mismos y a creer en sus posibilidades estamos con ello apoyando el cumplimiento de aquellas tareas propias de un desarrollo más adecuado y, a la vez, fortaleciendo una personalidad en donde prive para la vida un locus de control interno fortalecido con una mentalidad de crecimiento, los cuales marcarán su autoeficacia personal.

¿En qué podemos ayudar? ¿Qué se hace para promover esto en la infancia?

Hay diversidad de estrategias y de recomendaciones planteadas por diferentes especialistas las cuales tienen un común denominador: todas se circunscriben al trabajo con niños y niñas escolares (lo cual resulta muy bien para el objetivo de este artículo 😉).

Así, estas son algunas de las más importantes propuestas para promover esta importante formación para la vida:

1. Explicarles lo que es mentalidad fija y mentalidad de crecimiento. Esto les ayuda a identificar  y familiarizarse con ambos conceptos. Algunas de las recomendaciones es introducirlos mediante recursos como Plaza Sésamo(para los más pequeños) y para chicos más grandes existen historias, videos y películas que pueden ser un gran recurso (Spirit o el Corcel indomable, En busca de la felicidad, algunas de las historias de la serie "El cuentacuentos" de Jim Henson y así una gran cantidad de historias que pueden llegar a ser muy disuasivas y estimulantes).

2. Enseñar acerca del funcionamiento del cerebro. Una vez que los chicos y las chicas entienden cómo funciona este órgano y cómo es tan determinante para el aprendizaje se pueden llegar a estusiasmar con su propio proceso y ser conscientes que pueden adquirir un importante autocontrol. 

3. Practicar la mentalidad de crecimiento!. Como ya lo sabemos "el ejemplo arrastra". De nada sirve que usted haga un discurso sobre esto si sus hijos, hijas o estudiantes no ven que usted es reflejo de ello. Lo mejor es cuidarse con las actitudes, especialmente, cuando las cosas no salen como uno las espera. Es bueno que los niños y las niñas nos observen en situaciones así, lo cual podemos aprovechar para generar mensajes como "Las cosas no me están saliendo como quiero así que debo seguir intentándolo" o en lugar de decir "No puedo hacer esto" cambiar a "Todavía no he aprendido a hacerlo". Este tipo de frases, que en el fondo llevan una carga importante de actitud, preparan el cerebro para actuar y crean sinapsis.

4. Unida a la anterior estrategia: practicar diariamente un lenguaje de crecimiento. Al ser nuestro cerebro un órgano que se puede "programar" es preciso que seamos conscientes de los mensajes que generamos y que emitimos. Esto es lo que se conoce como "programación neurolingüística" y nos ayuda a optimizar nuestra capacidad de comunicación y llevarnos a desarrollar conductas de autoliderazgo. Acostumbrarse a emitir mensajes como "¿De qué manera puedo mejorar mi rendimiento? ¿Cómo puedo organizarme mejor? ¿A quién le puedo pedir ayuda con mis dudas? ¿Qué aprendizaje me deja que esto no me haya salido bien? ¿Qué cosas puedo hacer de forma diferente?, etc, son sólo algunos ejemplos...Los niños y las niñas que logran desarrollar una mentalidad de crecimiento terminan creyendo que sus habilidades pueden mejorar con el tiempo. Al respecto, siempre que abordo a familias preocupadas por el desarrollo académico, social o vocacional de sus hijos uso esta frase: "Ni ellos ni ellas, ni siquiera nosotros como personas adultas, somos un "producto terminado..."

5. Enseñar a aprender de los errores: el error No es un fracaso. En el idioma inglés no existe una palabra contundente para identificar "fracaso" sino la que acompaña a una situación en donde las cosas no salieron bien es la palabra "failure"(fallo o fallar). Esto es muy interesante ya que marca también alguna diferencia a nivel cultural. Lo importante con esto es que aprendamos a quitar de nuestra mente que fallar es algo malo. Todo lo contrario: fallar es parte de la vida y de un fallo se pueden sacar aprendizajes que nos pueden ayudar a ser mejores en todos los sentidos. Hablar y aprender de las cosas que no nos salen bien ayuda a desarrollar la mentalidad de crecimiento. Más que "ocultar" errores es preciso visualizarlos para, desde una visión proactiva, podamos aprender de ellos.

6. Elogiar y reconocer el esfuerzo y no sólo los resultados. Un aspecto clave en el reforzamiento de la mentalidad de crecimiento es que los chicos y las chicas comprendan que sus cerebros son como músculos y que pueden fortalecerse con el trabajo constante y el esfuerzo consciente, de ahí que sea más importante estimular el esfuerzo emprendido en determinada tarea que el resultado que se haya obtenido, sea este último el esperado o no. 

7. No poner etiquetas. Carol Dweck, autora de esta teoría, cuenta que cuando estuvo en su escuela una de sus maestras hacía una separación dentro de la clase entre los estudiantes "más inteligentes y los menos inteligentes" lo cual la ayudó a comprender, muchos años después, lo equivocados que estamos en cuando a la concepción del aprendizaje y del desarrollo personal. Cuando en nuestras familias o en nuestras aulas tenemos chicos o chicas que no rinden bien debemos de ayudarlos a definir estrategias y metodologías que les ayuden a explotar todo el potencial que pueden alcanzar en lugar de ponerles, por ejemplo, etiquetas de "muy inteligentes"(lo cual contrariamente a lo que se cree más bien puede inculcar una mentalidad fija) o bien aquellas otras que, además de ello, limitan su autoliderazgo vital y su autoestima.

8. Utilizar música para educar y motivar. Algo que me resulta imprescindible, y a la vez una de las mejores aliadas metodológicas con estudiantes, cuando he trabajado desarrollo personal y vocacional ha sido la música y el mensaje que se transmite a través de buenas canciones y melodías. Dos de las piezas musicales que he utilizado con buen éxito han sido "Color esperanza" de Diego Torres(que incluyo al final) y "Puedes llegar" una extraordinaria canción que se grabó para los juegos olímpicos de Atlanta ´96 que incluyó la participación de varios importantes cantantes hispanoamericanos. Ambas reflejan bastante bien lo que se entiende como mentalidad de crecimiento y locus de control porque apelan, precisamente, a la voluntad y la autoconfianza que debemos tener las personas para establecernos metas para alcanzarlas. Escucharlas para luego hablar de su contenido pueden ser una estrategia poderosa tanto para entender los conceptos como, de forma especial, motivar para ponerlos en práctica.

Estas son sólo algunas estrategias que pueden ser complementadas con otras muchas que se pueden encontrar en una literatura bastante amplia sobre este tema.

Recordemos algo muy importante: fortalecer la mentalidad de crecimiento y un locus de control interno va más allá de una enseñanza para el "aquí y el ahora", es todo un aprendizaje para la vida que define desde las autopercepciones que van construyendo los niños y las niñas sobre sí mismas hasta la forma en cómo se proyecten y se visualicen en el futuro. Todo esto tiene implicaciones vocacionales ya que es a partir de lo que conocemos y pensamos acerca de nosotros mismos que vamos a hacer una elección de carrera y con ello definir un estilo de vida con determinada calidad y sentido.













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